Los estudiantes captan rápidamente el concepto imperativo una vez que se les pide que se imaginen a sus padres o tutores ordenándolos: "Estudiar". "Come tus vegetales." "Sacar la basura." A partir de ahí, el docente puede explicar la diferencia entre una orden afirmativa, “Saquen la basura”, y una orden negativa, “No saquen la basura”.