La incorporación es el procedimiento por el cual alguien nuevo es educado en un producto, servicio o proceso existente. Los dos tipos principales de incorporación son:
Incorporación de empleados: Esto es cuando un nuevo empleado se une a una empresa y debe aprender a usar los sistemas internos de la empresa, el producto con el que están trabajando y el flujo general de comunicación. No es raro que una empresa pase su primer mes incorporando a un nuevo empleado. Cuanto más fuerte sea el proceso de incorporación, más rápido podrá el empleado convertirse en un miembro contribuyente del equipo.
Incorporación de clientes: este es el proceso de introducir a un cliente a los servicios proporcionados por su producto, lo que le permite aprovechar al máximo su compra. Por lo general, el cliente al que se está embarcado ya está familiarizado con el producto (ya que lo compraron o iniciaron una prueba gratuita) pero no sabe en qué medida se puede usar el producto. Al incorporar a un cliente, es importante mostrarle una amplia gama de usos que tiene su producto. Esto los mantendrá interesados y les permitirá pasar más tiempo con su producto, mejorando sus posibilidades de retener al cliente.
