Garth S. Jowett y Victoria O'Donnell brindan una definición de propaganda clara y concisa en su libro Propaganda & Persuasion (2014). Escriben: “La propaganda es el intento deliberado y sistemático de moldear percepciones, manipular cogniciones y dirigir el comportamiento para lograr una respuesta que promueva la intención deseada del propagandista” (7). En otras palabras, una forma más sencilla de definirlo es como un método sistemático de manipulación, y es bastante exitoso. La propaganda se ha empleado ampliamente en la esfera política desde el siglo XIX para promover diversas agendas de políticos, candidatos de oposición y grupos de intereses especiales. Se utiliza para resaltar los aspectos negativos o positivos de una idea, una persona o una legislación. Hitler utilizó ampliamente la propaganda para promover sus ideas antisemitas y su visión de Alemania en la era posterior a la Primera Guerra Mundial. En Estados Unidos, se aprovechó para elevar la moral del público en general durante tiempos de guerra y con fines de reclutamiento.
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Más allá del significado anterior, el proceso en sí depende en gran medida del ethos y el patetismo , y sólo utilizará logos si accede a los otros dos. No se preocupa demasiado por los hechos, las cifras o la verdad; en cambio, la propaganda se basa principalmente en las respuestas emocionales de su audiencia para generar acuerdos y acciones. Si bien los estudiantes pueden reconocer que existen técnicas similares utilizadas tanto en propaganda como en publicidad, la propaganda generalmente se considera un término negativo, aunque puede aplicarse para lograr objetivos positivos. La publicidad generalmente no es un concepto negativo, aunque sí tiene como objetivo incitar psicológicamente a su público objetivo a comprar un producto. La publicidad se ocupa principalmente de aumentar las ventas; la propaganda, por otro lado, está más preocupada por cambiar las actitudes y políticas públicas.
La propaganda se define por características particulares que la distinguen de los hechos sencillos y que normalmente revelan motivos ocultos o ocultos o un símbolo negativo. Estos elementos incluyen:
Apelaciones a las emociones (pathos) en lugar del intelecto
La información está cargada de valores y accede a los juicios, prejuicios y sentido de ética (ethos) de las audiencias.
Utiliza información selectiva; no equilibrado
Las intenciones o los motivos importan; Hay un objetivo específico para la información.
La propaganda utiliza varios medios para llamar la atención y dirigirse al público. Estos medios incluyen:
Medios visuales y de audio |
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Internet |
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Artes y Literatura |
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Discursos |
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Hay usos muy obvios con los que muchos estudiantes estarán familiarizados, como la propaganda antisemita de la Alemania nazi o los carteles probélicos en Estados Unidos durante la Primera y Segunda Guerra Mundial. Echa un vistazo a The Moon is Down de John Steinbeck, que fue escrita como una novela corta a favor de la democracia para los países ocupados de la Segunda Guerra Mundial, y es otro ejemplo. El libro de Steinbeck se consideró un gran éxito y fue traducido y distribuido de forma encubierta por rebeldes clandestinos de toda Europa.
En respuesta al aumento de la propaganda y la preocupación de que el público en general no sabía cómo analizar críticamente la información, Edward Filene, Kirtley Mather y Clyde R. Miller establecieron el Instituto de Análisis de Propaganda en 1937. El objetivo del Instituto era proporcionar al público en general datos sobre los tipos de propaganda, las tácticas utilizadas y las estrategias para analizarla con el fin de combatir los efectos psicológicos y el éxito de dicha información. Funcionó hasta 1942 y clasificó la propaganda en siete categorías clave.
Crea una sensación de aislamiento para los miembros de la audiencia que aún no se han unido a la causa. Apela fuertemente a nuestro sentido de conformidad y anhelo de pertenecer a parte de un grupo.
Respaldo de una celebridad, figura política u otra entidad conocida y apreciada. Esto crea una sensación de confianza y simpatía por la causa debido a la persona que la promueve.
Respaldo de gente común y corriente, para mostrar cómo les ha ayudado la política o idea. Esto crea una sensación de normalidad sobre la idea que se promueve y muestra cómo su éxito encajará en la vida cotidiana.
Emplea técnicas que acceden a los sentimientos positivos preconcebidos de la audiencia sobre algo y los transfieren a la idea que se promueve. Se basa en gran medida en el simbolismo para conectar las emociones del público con la idea.
Utiliza nombres que evocan una respuesta emocional negativa, como miedo, ira o molestia. Al comparar la persona o idea con algo más que odia, el público crea una asociación entre ambas en su mente.
Utiliza información selectiva para presentar sólo un lado de un argumento o historia. Este enfoque retrata injustamente el tema que nos ocupa, y muchas personas pueden verse influidas en una dirección u otra debido a detalles incompletos.
Utiliza palabras fuertemente cargadas que acceden a las emociones positivas del público objetivo. Por lo general, las generalidades brillantes emplean el uso de lemas, y las palabras cuidadosamente seleccionadas en los lemas a menudo apelan a las virtudes que la audiencia aprecia.
Utiliza técnicas persuasivas vistas en propaganda para promocionar productos o marcas, con el objetivo de influir en el comportamiento del consumidor moldeando percepciones y emociones. Emplea estrategias como llamamientos emocionales, respaldos y urgencia, que se encuentran en varios medios, para crear asociaciones positivas y fomentar las compras.
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Libros y obras de teatro que han sido clasificados como propaganda:
Aunque esta actividad se puede utilizar para varios niveles de grado, a continuación se detallan los Estándares estatales básicos comunes para los grados 9 y 10. Consulte sus Estándares Estatales Básicos Comunes para conocer los aspectos correctos apropiados para el grado.
Una excelente manera de que los estudiantes comprendan la propaganda es hacer que creen una propia. Solos o en grupo, haga que los estudiantes seleccionen una regla o aspecto de la escuela que no les guste: castigos, almuerzos escolares, tareas, exámenes finales, etc. Luego, pídales que lo conviertan en algo positivo para promoverlo entre sus compañeros de clase. A medida que elaboran su plan, deben utilizar uno de los siete tipos y ser capaces de explicar cómo su estrategia accede a las emociones de la audiencia. Si incorporan logotipos y valores también, deberían incluirlos en sus explicaciones. Haga que los estudiantes creen un guión gráfico que puedan presentar a la clase y que promueva su tema de manera positiva.
Al estudiar los diferentes tipos de propaganda, los individuos pueden obtener información sobre las diversas estrategias utilizadas para influir en la opinión pública, manipular emociones y moldear creencias, lo que les permite interactuar con la información de manera más crítica y emitir juicios informados. Al reconocer específicamente las características de la propaganda y familiarizarse con los 12 tipos de técnicas de propaganda, podrá desarrollar las habilidades necesarias para discernir y analizar la información de manera crítica. Esta conciencia le permite tomar decisiones informadas y protegerse contra la manipulación de percepciones y creencias.
Cuando hable con los niños, utilice lenguaje apropiado para su edad y ejemplos que comprendan. Comience con una definición simple, como "La propaganda convence utilizando información falsa o sesgada". Relacionarlo con anuncios o redes sociales que conozcan. Fomentar las preguntas y el pensamiento crítico. Haga hincapié en que no toda la información es precisa y analice los posibles resultados de la propaganda creyente. Destacar los diversos puntos de vista y el papel de las relaciones públicas y la alfabetización mediática para contrarrestarlo.
Los niños pueden encontrar diversas formas de técnicas de propaganda en su vida diaria, como anuncios, publicaciones en redes sociales, programas de televisión, artículos de noticias e incluso libros de texto. Por ejemplo, los comerciales suelen utilizar eslóganes y música pegadizos para persuadir a los niños a comprar un producto o marca en particular, mientras que las publicaciones en las redes sociales pueden estar diseñadas para promover un determinado punto de vista o ideología. La propaganda política también puede estar presente en la vida de los niños, como anuncios políticos, discursos y materiales de campaña. Por ejemplo, el comportamiento identificable y la imagen con los pies en la tierra proyectada por los políticos que se mezclan con los ciudadanos comunes ejemplifican lo que se llama propaganda sencilla, una técnica que apunta a crear un sentido de conexión y autenticidad entre los líderes y el público. Estos mensajes pueden utilizar un lenguaje cargado de emociones, información sesgada o incluso información errónea para influir en las opiniones y creencias de las personas. En las escuelas, los libros de texto y los materiales curriculares también pueden ser una fuente de propaganda. Por ejemplo, algunos libros de texto pueden presentar una versión particular de la historia que retrata a un determinado país o grupo de manera favorable, mientras minimizan u omiten información que no se alinea con esta narrativa. Al aprender a evaluar la información cuidadosamente y buscar perspectivas diversas, los niños pueden desarrollar las habilidades para navegar en un panorama mediático complejo y a menudo sesgado.
Ayudar a los niños a analizar la propaganda implica diversas estrategias para padres y profesores. Fomentar el pensamiento crítico a través de preguntas como "¿Quién creó esto?" y "¿Se aportan pruebas?" es efectiva. Enseñarles a reconocer las técnicas de propaganda (lenguaje emocional, apelaciones a la autoridad) aumenta su capacidad para detectar manipulación y opiniones negativas. Esto prepara a los niños para identificar influencias sesgadas.
Existen muchas estrategias y herramientas que los profesores pueden utilizar para enseñar a sus alumnos sobre la propaganda en el aula. Un enfoque es utilizar ejemplos de la vida real, como anuncios políticos, publicaciones en redes sociales o artículos de noticias, para ayudar a los estudiantes a comprender las técnicas y estrategias que se utilizan comúnmente. Otra estrategia es utilizar actividades de juegos de roles, debates o simulaciones para ayudar a los estudiantes a practicar el pensamiento crítico y las habilidades de alfabetización mediática. Por ejemplo, los estudiantes pueden dividirse en grupos y asignarse para representar diferentes puntos de vista sobre un tema en particular, y luego participar en un debate o discusión para practicar la evaluación y el análisis de información desde múltiples perspectivas. Los profesores también pueden utilizar recursos de alfabetización mediática, como juegos en línea, lecciones interactivas o proyectos multimedia, para ayudar a los estudiantes a desarrollar sus habilidades de análisis y pensamiento crítico.