El mito de Wiracocha
Öykü Penceresi Metni
- DEBIERON CUMPLIR MI MANDATO.
- Adorado seas Wiracochan
- Nunca más vuelvan a enfrentarse a mí, porque sino habrá peores consecuencias
- Les dejó mi báculo, aquí está toda mi sabiduría.
- Muchas gracias Wiracochan, te labraremos una montaña por tu maravilloso regalo.
- En el largo peregrinaje que realizaba halló algunas naciones que no cumplieron con su mandato, por esta razón los convirtió en piedra y en figuras de hombres y mujeres.
- Vendrán muchos diciendo ser yo, pero no deben creerles.
- ¡Sí señor!
- Wiracochan llegó a la provincia de Cacha que era habitada por los Canas, estos lo atacaron porque no lo conocían, por eso Wiracochan hizo que les cayera fuego volcánico, por esta razón los Canas se rindieron y lo veneraron.
- Manco Cápac
- Wiracochan se dirigió al pueblo del curaca Apotambo, llegando justo cuando se celebraban unas bodas, fue acá donde Apotambo escuchó sus razonamientos y predicamentos con mucho amor, pero no lo llevó a cabo en su pueblo, y Wiracochan les reprendió con amor afable; aún así en un gesto de reciprocidad Wiracochan les dejó su báculo donde estaba toda su sabiduría, y por eso le labraron una montaña.
- Wiracochan prosiguió con su camino y llegó a la línea equinoccial cerca al Ecuador, donde informó sobre las muchas cosas que pasarían y que vendrían gente diciendo ser Wiracochan y a los cuales no debían creer; y dicho esto se metió al mar caminando por el agua como si fuese su espuma.
- Se dice que, pasado el tiempo, el pueblo del curaca Apotambo, floreció gracias a los conocimientos que se encontraban en el báculo dejado por Wiracochan, este se convirtió en oro fino en el momento en que nació uno de los descendientes de Apotambo, llamado Manco Cápac, quien vino a ser el primer Inca, es con este báculo que pasado los años se dirigió a las partes altas de la serranía para fundar la que con el tiempo sería la capital del imperio de los Incas: Cusco.
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