Era la hora en que apuntaba el día, el sol subía al par de las estrellas, como el divino amor, en armonía movió al nacer estar creaciones bellas; y hacíanme esperar suerte propicia, de la pantera las pintadas huellas, la hora y la dulce estación con su caricia: cuando un león, que apareció violento, trocó en pavor esta feliz primicia. Venia en contra el animal, hambriento, rabioso, alta la testa, y parecía hacer temblar el aire con su aliento.
errante me encontré por selva oscura, en que la recta vía era perdida.¡Ay que decir lo que era, es cosa dura, esta selva salvaje, áspera y fuerte, que en la mente renueva la pavura!¡Tan amarga es, que es poco mas la muerte! Mas al tratar el bien que allí encontrara, otras cosas diré que vi por suerte.
Y como aquel que gana de seguida, se regocija, y al perder desmaya y queda con la mente entristecida, así la bestia me tenía a raya y poco a poco, en contra, repelía hacia la parte donde el sol calla.
Llegué al pie de un collado dominante, donde aquel valle lóbrego termina, de pavores el pecho zozobrante. Miré hacia arriba, y vi ya la colina vestida con los rayos del planeta que por doquier encamina. Entonces, la pavura un poco quieta, del corazón el lago, serenado, pasó la angustia de la noche inquieta.
Cuando hube reposado el cuerpo laso, volví a seguir por la región desierta, el pies más firme siempre en mas retraso. Y aquí, al comienzo de subida incierta, una móvil pantera hacia mi vino, que de piel maculosa era cubierta; como no se apartase del camino y a continuar la marcha me impedía, a veces hube de tornar sin tino.
Mientras que al hondo valle descendía, me encontré con un ser tan silencioso que mudo en silencio parecía. Al divisarlo en el desierto umbroso, <<Miserere de mi>>, clame afligido, <<Hombre seas, o espectro vagaroso.>>(Y empiezan una gran conversación hasta terminar el canto)
Y una loba asomó, que se diría de apetitos repleta en su flacura, que hace a muchos vivir en agonía. De sus ardientes ojos la bravura de tal modo turbó mi alma afligida, que perdí la esperanza de la altura.