Tras comer de la fruta, Tomás se volvió loco, creía que era de cristal por lo que no quería que nadie se le acercara. Empezó a vestir con ropa más holgada, evitaba a las personas y espacios peligrosos. Ganó gran fama como "el licenciado Vidriera", pues las personas iban a pedir y escuchar sus consejos puesto que a pesar de estar loco su ingenio era asombroso.
- Habladme desde lejos. Podéis preguntarme lo que queráis, y yo os responderé más sabiamente que antes, pues soy de vidrio, y el vidrio deja ver las cosas con más claridad que la carne.
Al volverse cuerdo, Tomás perdió su fama y al no tener dinero para vivir decidió volver con el capitán a luchar en Flandes, donde se volvió popular por su lucha hasta que los dos murieron luchando.
Fin
Dos años duró su locura, hasta que un fraile de la orden de San Jerónimo se compadeció de él y le ayudó a terminar con su locura. Pasó de ser "el licenciado Vidriera" a "el licenciado Rueda".
- Hijo mío, ve a la Corte e intenta hacerte tan famoso por tu sensatez como has llegado a serlo por tu locura.