Mientras el pueblo de Israel era esclavizado Moisés vivía en palacio del faraón
Yo voy a ser faraón tu no eres nada ni siquiera eres de nuestra misma sangre
¿¡Qué!?
Moisés descubre de dónde viene y cuál era su pueblo, se enfrenta a una injusticia que vivía su pueblo y acaba matando a uno de los hombres del faraón, y acaba huyendo
Bienvenido a tu nueva vida Moisés, no eres nadie ahora
40 años después
En el desierto Dios se le aparece a Moisés y le dice que libere a su pueblo
Libera a mi pueblo
Lo haré señor
Moisés advierte al faraón de que si no libera a su pueblo traerá mucha desgracia al suyo, este se negó, y Dios mandó 10 plagas, pero siguió negándose, desencadenó que todo los primogénitos morirían
Para evitar que nuestros primogénitos también mueran debemos marcar las casas con sangre para identificarnos como el pueblo de Dios
Después de perder a su hijo el faraón accede a que se vayan pero igualmente les sigue de cerca con sus guardias y los israelitas deben huir
Seguidme a la Tierra prometida, aunque el faraón nos pisa los talones debemos dejarlos atrás
Moisés abre las aguas y el pueblo escapa de las manos del faraón, llegan a la Tierra prometida