Caítulo 1: Un caballero en busca de aventurasParte 1 de 2
Voy a comprar más libros de caballería con este dinero de la venta de mi tierra.
Capítulo 1: Un caballero en busca de aventurasParte 2 de 2
Soy don Quijote el caballero!
Capítulo 2: La primer salida de don Quijote y la ventaParte 1 de 2
Había un hombre alto y flaco que se llamaba Alonso Quijano. Él tenía cincuenta años y vivía en el pueblo de La Mancha. A él le encantaban los libros de caballería. Él los leía todo el tiempo. De vez en cuando, él vendía tierra para conseguir dinero con que podía comprar más libros de caballería.
Capítulo 2/3: La primera salida de don Quijote y la ventaParte 2 de 2
Un día, don Alonso decidió ser caballero. Él se puso armadura y sacó una espada y una lanza. Él eligió su dama, una mujer que vivía en el pueblo del Toboso acerca y se llamaba Dulcinea. Con su caballo, Rocinante, y su propio nombre nuevo, don Quijote, él salió de casa en busca de aventuras. Él no le avisó a nadie.
Capítulo 4/5: La desgracia de nuestro caballero y el quemado de los libros
Por supuesto que no tengamos quemar todos los libros, ¿no?
Le diremos que un encantador lo hizo.
¡Todos! ¡Son la causa de su locura!
Después de pasar todo el día montando solo y pensando en lo que escribirán de él, don Quijote llegó a un castillo que en realidad era una venta. Ni el ventero ni los mujeres que vivían allí no sabían que pensar de él. Sin embargo, don Quijote tenía hambre. Pero el caballero no podía quitarse su celada, así las mujeres y el ventero tuvieron que ayudarle a comer.
Capítulo 6: Gigantes con aspas
Después de la cena, el ventero aprendió que don Quijote no había traido dinero. Él le avisó que necesitaba llevar víveres como dinero y ropa extra en sus aventuras. Luego, don Quijote pasó la noche en el establo, en donde no paró de atacar todos que se acercaban. Por la mañana, el ventero le hizo un pequeño ceremonio para darle la ordén de caballería a don Quijote. D. Quijote salió a buscar más aventuras sin pagar nada.
Don Quijote regresó a casa de nuevo por la sugerencia del ventero. En el camino, se encontró con unos mercadores toledanos que le dijeron cosas crueles sobre Dulcinea. Entonces, D. Quijote los combatió, pero él perdió la batalla. Se quedó allí en el suelo todo el día hasta que su vecino lo encontró. Él vecino lo llevó a casa de nuevo, en donde la gente del pueblo decidieron quemar sus libros de caballería. Cuando D. Quijote se levantó, él salió de casa otra vez en busca de Sancho Panza.
Don Quijote y su nuevo escudero, Sancho Panza montaban todo el día por el campo de La Mancha pensando en sus granes aventuras. De repente vieron a unos molinos de viento. Don Quijote decidió combatir con ellos porque en sus ojos eran gigantes. Él le clavó en un molino y la aspa lo levantó. Don Quijote y Rocinante se cayeron en el suelo. Don Quijote le dijo a Sancho Panza que su enemigo el encantador había convertido los gigantes en molinos para engañarle.