Tiempo después de la muerte del esposo de la señora Prudencia Linero, ella decidió irse a Roma para conocer al Sumo Pontífice. Se encontro con un ahogado en su camino, que le dio una mala primera impresion sobre Italia.
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¡Bienvenida!
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Prudencia llego a un hotel bueno, pero tenía un sentimiento de soledad. En realidad no se sentía muy contenta, y seguía extrañando a su esposo.
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Sí, mejor vamos a otro piso.
¿Estas segura de que no te quieres quedar acá?
Se bajó en el piso 3, donde vio 17 ingleses, no le agradaron, entonces no se quiso quedar en ese piso así sea que era el único con comedor.
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¿Viniste a conocer al Papa?
Si, ha sido un sueño mio desde hace tiempo.
Ya me quiero ir
Habló con un cura mientras comía, y sentía miedo y tristeza, se quería ir de Italia.
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¿Cómo me devuelvo al hotel?
Decidió salir a dar un paseo por las calles en la noche, pero perdió el rumbo.
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¿QUE?
¡Se envenenaron con la sopa!
Cuando por fin se ubicó, vio que había ambulancias afuera del hotel, y estaban saliendo los diecisiete ingleses en camillas, porque habían sido envenenados por la sopa de ostras en la cena.