¡Dédalo! Eres uno de los mejores arquitectos de estas tierras. Te confío la tarea de construir un laberinto para encerrar a Asterión, el minotauro.
Así lo haré, majestad. Construiré un laberinto con incontables pasillos y calles que se abrirán entre sí. Parecerá no tener principio ni final.
Y allí permaneció el Minotauro por muchos años, hasta que el joven Teseo, un joven héroe, terminó con su vida gracias a la ayuda de Ariadna, hermana del Minotauro.
¡Ayudaste a Teseo a escapar del laberinto! Como castigo, os encerraré a tu hijo Ícaro y a ti en una torre.