La primera linea de defensa del cuerpo son llamadas macrófagos. Estas células circulan por la corriente sanguínea y en los tejidos del cuerpo, vigilantes de los antígenos.
AngélicaBuitrago
Cuando un invasor entra al organismo, un macrófago rápidamente lo detecta y lo captura dentro de la célula. Las enzimas, presentes en el interior del macrófago, destruyen al antígeno y reconocen las moléculas dañinas.
Luz Brewster
Luego, transmiten esta información a los linfocitos T, que identifican el tipo de antígeno y atacan directamente las células infectadas, pero también transmiten la información al linfocito B que se activa y comienza a producir anticuerpos.
Juan Quintana
Reyka Diaz
Los anticuerpos se unen al antígeno (cada anticuerpo se une a un determinado antígeno) y activan los macrófagos, que los destruyen por medio del proceso llamada fagocitosis.
Juan Quintana
Cuando todo está controlado, aparecen otras células, los linfocitos supresores, que detienen el proceso para que no se destruyan células sanas.
Angélica Buitrago
Cuando la batalla ha sido ganada por el sistema inmunológico, los linfocitos registran en su memoria los datos de los elementos que los atacaron, por lo que, ante un nuevo ataque de estos mismos microorganismos, activará la producción de los anticuerpos, y así combatirá la enfermedad, antes de que se repita.