Pesque en un mar muy lejano, un pez cuyos hígados hacen feliz a quien se los frota en el corazón.
PESCADO
Todas las tardes va el pescador a pescar en el mar. Durante el trabajo, se mantiene de pie, con el arpón en la mano, aguardando a que pase el pez que se lo ha de llevar hundido en las espaldas. Por la mañana, lleva lo pescado a la plaza y ahí lo vende al tendero. Después charla del mar y del tiempo con los amigos y a horas de mediodía vuelve a su casa, a almorzar y a preparar las redes y el arpón para la tarde
¿Soy feliz?
... Chica, yo quiero ir a ver a tu padre
¡Por fin lo encontré!, este es el pez que me hará feliz.
Mi padre esta muy enfermo, ¡una limosna por el amor de Dios!
éste es el pescado de mi felicidad, pero te lo doy a ti y a la nena; a nadie he hecho el bien hasta ahora, y no sé por qué, quiero comenzar hoy.
Pescare otro pez que con solo tocarlo me hace feliz, ¿Qué fuera si me untara en el pecho sus hieles?