Mientras estaba pensativo y seguía analizando el monolito; de pronto, la entidad surgió de las aguas y saltó sobre la piedra enorme.
¡Por fin me libré de los alemanes!
Pero..., ¿Donde estoy?
Luego del suceso, estaba en el hospital San Francisco, ya que el capitán lo había recogido del bote en medio del océano; después de ello, fue a un etnólogo pero era un hombre convencional, así que dejó de preguntar.
La zona donde llegó poseía un olor fétido y nauseabundo. Además, se observaba que el suelo tenía pegajosidad, esperó por tres días que este se secara.
Parece que el suelo ya está bastante seco para poder caminar.
Pero todavía permanece ese olor insoportable.
Oyó un ruido en la puerta, como si algo o alguien forcejeara y se fue a ver. 
Después de acampar toda la noche en la zona, siguió su camino desconocido y se encontró con una piedra gigantesca. 
Parece que su escritura es un sistema de jeroglíficos, interesante...
¡No puede ser! Es un monolito perfectamente tallado.
¡No es posible! Tengo que subir al bote.
¿Habrá sido una fantasía o un producto de la fiebre?