Necesitaré bastante tiempo para hacer tantas canastas, patroncito. Verá usted, el petate y las otras fibras necesitan estar bien secas antes de usarse.......
Pero, desde luego, jefecito, que yo puedo hacer tantas de estas canastitas como usted quiera. Puedo hacer hasta 3 docenas si usted lo desea, nada más deme usted el tiempo necesario
Exclamó Mr. Winthrop gritando y levantando desesperado sus brazos al cielopues por un momento creyó estar soñando. Había esperado que el indio saltara de contento al enterarse que podría vender doce mil canastas a un solo cliente, sin tener necesidad de ir de puerta en puerta y ser tratado como un perro roñoso. El había visto cómo algunos vendedores de automóviles se volvían locos y bailaban como ningún indio lo hace, ni durante una ceremonia religiosa, cuando alguien les compraba en dinero contante y sonante diez carros de una vez.
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Y ellas se acercan porque gustan también de los bellos tonos que mis canastitas lucen. Y ahora, jefecito, perdóneme, pero he perdido ya mucho tiempo, aun cuando ha sido un gran honor y he tenido mucho placer al escuchar la plática de un caballero tan distinguido como usted, pero pasado mañana es día de plaza en el pueblo y tengo que acabar las cestas para llevarlas allá. Le agradezco mucho su visita. Adiosito.
¡Al diablo con esos condenados indios; ¡no comprenden nada, no se puede tratar negocio alguno con ellos!
Nueva York no fue, pues, saturada de estas bellas y excelentes obras de arte, y así se evitó que en los botes de basura americanos aparecieran, sucias y despreciadas, las policromadas canastitas tejidas con poemas no cantados, con pedacitos de alma y gotas de sangre del corazón de un indio mexicano.
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Aquel indio tonto que no sabe ni lo que tiene me ofreció un ciento a sesenta y cinco centavos la pieza. No le diré en seguida que quiero doce mil para que no se avorace y conciba ideas raras y trate de elevar el precio.
wiriwiri wiriwiri
¡Magnífico! Me quedan alrededor de veinte mil dólares limpiecitos. Veinte mil del alma para el bolsillo de un humilde servidor.
Como siempre, la naturaleza del extranjero buscaba aprovecharse de los otros.
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¡Tan poco!
Hablando francamente le diré que yo sé distinguir las obras de arte, y estas cestas son realmente artísticas. En cualquier forma, nosotros no vendemos arte, usted lo sabe bien, sino dulces, por lo tanto lo más que pagaremos por ellas será un dólar y cuarto por cada una
Mr. Winthrop hizo un gesto como si le hubieran golpeado la cabeza.
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Bueno, bueno, no hay razón para disgustarse. Tai vez podamos mejorarla un poco, digamos uno a uno setenta y cinco. Pero necesitaré 1200 antes de octubre, podrás hacer eso?
Hola, ¿Ya has decidido que harás?
¡ Claro que si!!.Trato hecho.
El confitero, interpretando mal el gesto de Mr. Winthrop, dijo rápidamente
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Hola, vengo a pedirte que por favor hagas 1200 canastitas para mi antes de octubre. Te pagaré al mismo precio que me las diste la primera vez.
No podré hacerlas patroncito. Me cuesta demasiado esfuerzo y me lleva mucho tiempo.
¡¡¡Queee!!!
Mr. Winthrop regresa para pedirle las 1200 canastitas al artesano, pero se da cuenta que es imposible y jamás llegan a un acuerdo.