Narra la historia de un hombrecito que era sirviente y pequeño de estatura
El patrón de la hacienda siempre se burlaba del hombrecillo delante de muchas personas. El pongo no hablaba con nadie; trabajaba calladito y comía sin hablar.
Todo cuanto le ordenaban, cumplía sin decir nada.
El patrón tenía la costumbre de maltratarlo y fastidiado delante de toda la servidumbre, cuando los sirvientes se reunían para rezar el Ave María en el corredor de la casa hacienda.
ave María
ave María
ave María
El patrón hacía lo que le daba la gana con el hombrecillo.
El patrón burlándose le decía muchas cosas: "Creo que eres perro, "ladra", "ponte en cuatro patas", "trota de costado como perro". El pongo hacía todo lo que le ordenaba y el patrón reía a mandíbula batiente.
Guau Guau
JAJAJAJAJAJAJA
Gran señor, dame tu licencia; padrecito mío, quiero hablarte
Pero... una tarde, a la hora del Ave María, cuando el corredor estaba repleto de gente de la hacienda, el hombrecito le dijo a su patrón:
El patrón le dice:
Entonces el pongo empieza a contarle al patrón lo que había soñado anoche: