Teniendo la envidia a tope, Serena explotó frente a Luisa y la humilló en la salida mientras Nicole se burlaba. Luisa empezó a dudar de sus propias habilidades.
No mereces la atención que recibes nerda, ojalá mañana te vaya mal en la presentación, igual no sabes hablar en público!
Al día siguiente, Serena se arrepintió de sus palabras al escuchar el impacto que tenía Luisa en sus compañeras.
Quizá fuimos muy duras....
¡No! Tú nos enseñaste a no rendirnos y siempre nos motivaste cuando no salimos bien en un examen. No le hagas caso
Me hizo sentir mal, pero tiene razón: no sé hablar en público...
Lamento haberte tratado tan mal, no sabía que mis palabras te dolerían tanto. Era envidia pura, porque todos te aman...
No dudó en pedirle disculpas, las cuales fueron aceptadas por Luisa rápidamente. Se esfumó la envidia, y se comprometió a un acto de caridad.
Si quieres, yo te puedo ayudar con eso de hablar en público. En realidad, me encantaría unirme a tus sesiones de ayuda, para actuar con caridad frente a mis compañeros.
Gracias, Serena. Lo aprecio mucho. Serás un gran aporte a las sesiones!
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