Felipe:-Es usted un escéptico, ingeniero. A demás pone usted una tela de juicio nuestros esfuerzos, los de la Revolución
Juan: ¡Bah! Todo es inútil. Estos jijos son irredimibles. Están podridos en alcohol, en ignorancia. De nada ha servido repartirles tierras
Narrador:El presidente, él también fue hombre de campo, pero hace ya mucho tiempo. Ahora, de aquello, la ciudad y su posición solo le han dejado un pañuelo y la rigosidad de sus manos
Narrador:El presidente los invita a exponer sus asuntos. Se rascan la cabeza y vuelven el rostro a buscar lo que iban a decir , como si la idea se les hubiera escondido en algún rincón
Juan:Ándale, levanta la mano...
Juan:Yo crioque Jilipe: sabe mucho...........
Felipe:Ora tú, Juan, tú hablaste aquella vez....
Presidente: A ver ese que pidió la palabra, lo estamos esperando
Juan: Pos de nada valieron las vueltas ni los papeles, que las tierritas se le quedron al Presidente Municipal
Felipe:Traímos una queja contra el Presidente Municipal, que nos hace mucha guerra y ya no lo aguantamos
Juan: Luego, lo del agua. Como hay poca, porque hubo malas lluvias, el Presidente Municipal cerró el canal
Felipe: Si esto fuera poco, que lo del agua, gracias a la virgencita, hubo malas lluvias y medio salvamos las cosechas
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