Don Mario, es un pescador de Ventanilla, distrito litoral del norte de Lima. Un a mañana de enero, salió a buscar su bote para realizar su faena y se encontró con una mancha negra que devoraba el color azul de las aguas.
¡Oh, Dios mío!¿Qué paso con el mar?
La empresa REPSOL ha derramado el petróleo en el terminal, estaban cargando buques, dicen que hubo un tsunami
Ahora ¿qué nos va a pasar, el mar está contaminado, los peces morirán?
¡REPSOL debe pagarnos a los pescadores una indemnización por daños!
Dicen que se van a demorar de 2 a más años en limpiar el océano.
Esto no es justo, la empresa, el gobierno, ninguno hace nada, se están haciendo los locos
Tengo cien soles guardados de la última faena. Compraré una bolsa de caramelos y venderé en los buses
Mientras tanto en el MINisterio del ambiente
260 aves de la zona están muertas, por el derrame; ocho especies que habitan el ecosistema han sido afectadas.
La empresa no responde a ninguno de los documentos que le enviamos. NO da explicaciones y ya paso un mes.
En nuestro país no solo hay manchas negras contaminando la vida de peces y aves; también hay manchas en el corazón de los pescadores que todavía no se recuperan de las pérdidas despúes de más de siete meses; en el corazón de las autoridades corruptas que no hacen nada contra esta empresa; y en el corazón de todos los que amamos la naturaleza y nuestro pqaís.