El pongo se encamino hasta la hacienda del patrón, como era siervo iba a cumplir el cargo de sirviente en la gran residencia...
ESTA ES LA HISTORIA QUE RELATA AL PONGO, UN SIRVIENTE INDIO EL CUAL ERA MAL TRATADO POR SU PATRON
—¿Eres gente u otra cosa?, —¡A ver! —dijo el patrón—, por lo menos sabrá lavar ollas, siquiera podrá manejar la escoba, con esas manos que parece que no son nada. ¡Llévate esta inmundicia! —ordenó el patrón.
*Humillándose el pongo no respondió, se acerco al patrón de rodillas y le besó la mano* Si patrón -exclamó-
Горка: 2
El patrón martirizaba siempre al pongo delante de toda la servidumbre...
—Creo que eres perro. ¡Ladra, ponte en cuatro patas, trota de costado—le decía.
*El pongo no podía ladrar*
Горка: 3
El patrón humillaba constantemente al pongo en delante de todos los hacendados...
¡¡Jajaja, mírenlo está comiendo una caca asquerosa, estudien para que no sean como él!!
Jajajaj
Como pueden ser tan malos, todo solo porque soy pobre y no tengo que comer.
Горка: 4
UN DÍA EL PONGO PIDIÓ PERMISO PARA HABLARLE AL PATRÓN SOBRE UN SUEÑO QUE TUVO
2
Habla… si puedes —contestó el hacendado.
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Gran señor, dame tu licencia; padrecito mío, quiero hablarte - dijo.
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Soñé anoche que habíamos muerto los dos juntos. Y nos encontrábamos desnudos ante nuestro gran Padre San Francisco.
¿Y después? ¡Habla! —ordenó el patrón, entre enojado e inquieto por la curiosidad.
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Горка: 5
Nuestro Padre San francisco ordenó: "Que de todos los ángeles, que el más hermoso venga y que lo acompañe el ángel mas pequeño que sea también el más hermoso y que éste vierta sobre este caballero con la miel que está en la copa de oro"
«Oye, viejo —ordenó nuestro gran Padre a ese pobre ángel—,embadurna el cuerpo de este hombrecito con el excremento que hay en esa lata que has traído; todo el cuerpo, de cualquier manera; cúbrelo como puedas. ¡Rápido!»
Горка: 6
Cuando nuevamente, aunque ya de otro modo, nos vimos juntos, los dos, ante nuestro gran Padre San Francisco, él volvió a mirarnos, también nuevamente, a ti y a mí, largo rato. Con sus ojos que colmaban el cielo, no sé hasta qué honduras nos alcanzó, juntando la noche con el día, el olvido con la memoria. Y luego dijo: «Todo cuanto los ángeles debían hacer con ustedes ya está hecho. Ahora ¡lámanse el uno al otro! Despacio, por mucho tiempo». El viejo ángel rejuveneció a esa misma hora; sus alas recuperaron su color negro, su gran fuerza. Nuestro Padre leen comendó vigilar que su voluntad se cumpliera.