si se trata de algo que requier mi reflexionlo examinaremos mejor en la oscuridad
- Esa es otra de sus singulares ideas - dijo el prefecto, que tenía la costumbre de llamar "singular" atodo lo que estaba fuera de su comprensión, y vivía, por consiguiente, rodeado de una absoluta legiónde "singularidades".
Es muy cierto -respondió Dupin, alcanzando a su visitante una pipa, y haciendo rodar hacia él unconfortable sillón.
¿Y cuál es la dificultad ahora? -pregunté- Espero que no sea otro asesinato.
- Simple y singular -dijo Dupin
- ¡Oh! No, nada de eso. El asunto es muy simple, en verdad, y no tengo duda que podremos manejarlo suficientemente bien nosotros solos; pero he pensado que a Dupin le gustaría conocer los detalles delhecho, porque es un caso excesivamente singular!...
- Y bien, sí; y no exactamente una, sino ambas cosas a la vez. Sucede que hemos ido desconcertadosporque el asunto es tan simple, y, sin embargo nos confunde a todos
- Quizás es precisamente la simplicidad lo que le desconcierta a usted -dijo mi amigo.
- Quizás el misterio es demasiado sencillo -dijo Dupin
- ¡Qué desatino dice usted! -replicó el prefecto, riendo de todo corazón
¡Oh! ¡por el ánima de! ... ¡quién ha oído jamás una idea semejante!