Unknown Story

El joven quería mucho al señor, solo que le daba enojo el ver ese maldito ojo azul, que le causaba escalofríos cuando le daba la mirada. Es así que cada vez tenía más ganas de matar al anciano por ese ojo que parece de un buitre.

Cada noche a las 12 iba al cuarto del señor y la abría muy suavemente, tanto que se demoraba 1 hora en ingresar

Como el ojo del anciano era lo que le molestaba, no procedía. No tenía alguna razón para matarlo sin ver el maldito ojo.

En la octava noche decidido a matarlo después de que el anciano supiera que se encontraba él allí. Cuando alumbro con la linterna el anciano andaba despierto.

Al pensar que el anciano gritaría, lo acuchillo soltando un solo grito. Lo cortó en pedacitos. El cuerpo lo ocultó sacando unas tablas de madera, cuando el cuerpo ya no era visible, volvió a poner la madera.

A las 4 am vino la policía. Y el chico con la tranquilidad le mostro la casa, demostrando que no había algo inusual. Los policías no sospecharon nada. Pero ahora el chico se sentía muy nervioso, intranquilo e histérico, escuchando aquellos latidos de corazón, hizo que delatara su crimen.

El joven quería mucho al señor, solo que le daba enojo el ver ese maldito ojo azul, que le causaba escalofríos cuando le daba la mirada. Es así que cada vez tenía más ganas de matar al anciano por ese ojo que parece de un buitre.

Cada noche a las 12 iba al cuarto del señor y la abría muy suavemente, tanto que se demoraba 1 hora en ingresar

Como el ojo del anciano era lo que le molestaba, no procedía. No tenía alguna razón para matarlo sin ver el maldito ojo.

En la octava noche decidido a matarlo después de que el anciano supiera que se encontraba él allí. Cuando alumbro con la linterna el anciano andaba despierto.

Al pensar que el anciano gritaría, lo acuchillo soltando un solo grito. Lo cortó en pedacitos. El cuerpo lo ocultó sacando unas tablas de madera, cuando el cuerpo ya no era visible, volvió a poner la madera.

A las 4 am vino la policía. Y el chico con la tranquilidad le mostro la casa, demostrando que no había algo inusual. Los policías no sospecharon nada. Pero ahora el chico se sentía muy nervioso, intranquilo e histérico, escuchando aquellos latidos de corazón, hizo que delatara su crimen.