Juguemos con la pelota de nuestros padres, Hunahpú.
Esos golpes de allá arriba son muy molestos, démosle una lección a esos hombres. Envía un búho a buscarlos, amigo de Xibalbá.
Juguemos con nuestra pelota. Si pierden los mataremos,
No saben quiénes somos ni por qué aceptamos venir.
Esto va a terminar muy mal para ustedes.
Si asomo mi cabeza me decapitan.
Casa de las lanzas
Casa de los murciélagos
Como nos han ganado, deberán pasar estas pruebas sin morir, cosa que dudamos que suceda... jajajaja!
Casa de las fieras
Ahora si llegó su fin.
No saben que nuestros huesos sobrevivirán y nuestros cuerpos se salvarán de esta hoguera. ¡qué ilusos!
Recuperé tu cabeza, Xbalanqué, Los distraje con un conejo.
Ese conejo se lleva nuestra pelota. Tenemos que recuperarla.
Queremos que nos enseñen como lograron ser inmortales y sobrevivir.
Aunque después de tanto sufrimiento, no se lo merecen. Vinimos aquí a vengar a nuestros ancestros.
Tírense a la hoguera y los resucitaremos.
Somos Unahpú e Xbalanqué, descendientes de Xpiyacoc y Xmucané. A partir de ahora ustedes serán alfareros y nosotros nos elevaremos al cielo, descendiendo cada día y cada noche al inframundo para superar todos los obstáculos que se nos presenten.
Y así nos convertimos en la luna y el sol. Y nuestro pueblo ofrendará animales para que seamos inmortales.