Ya me tienes, amigo, sin empleo,se admitió mi renuncia esta mañana y puedo hacer lo que me dé la gana.
¿Esto llamas trabajo insoportable,Cirilo? Di, ¿qué hicieras miserable,si fueras, por ejemplo, campesino?
¿Qué me importa ese viejo Cazcarriento?Con que la hija me quiera estoy contento,¿Te he indicado, Gervasio, por ventura,que mi intención se ha hecho menos pura?No señor, matrimonio sólo quiero.
Bueno está; matrimonio sin dinero.
¡Qué trabajo es ser padre de familia!pero suaves me fueran las más durassin estas convulsiones infernales,que gastan la paciencia y los reales,que llevan mi caudal al estricote
Si pudiéramos valernos alguna vez de médicos modernos.Usted sólo ha ocurrido a los machuchos,que por más experiencia están más duchosen matar gentes, y no se les da nadade echar al otro mundo una redada
No, Gervasio, no quieras que me meta con esos niños que, al soltar la teta quieren ser ya científicos doctores,
Hija… Por Dios… Haremos el vestido.
¿Ir con un mismo traje a dos funciones?Mariquita, me dan las convulsiones.
Cirilo, si usted sabe de pasiones,mi amor calcule por mis convulsiones.
¿Soy yo, bella Crispina, aquel dichosomortal que a usted la priva del reposo?