El Dios Himeneo confirmó los temores que tenía en la boda de Orfeo y Eurídice.Eurídice murió días después de la boda debido a una picadura de un áspid.
Plutón y Proserpina, emocionados, no pueden negarle su petición pero con una condición.
Orfeo, después de haber llorado mucho tiempo la pérdida de su amada esposa, viendo cuan inútiles eran sus plegarias a las divinidades del cielo, tomo una decisión....
Si mis plegarias a las divinidades del cielo no son escuchadas, iré al reino de las sombras a suplicar.
Orfeo descendió al reino de las sombras para implorar sus deseos a las divinidades infernales.
Delante el esposo, detrás la mujer, iban por un sendero que conduce al mundo.
Al fin ante Plutón y Proserpina, los reyes de estos lugares, les hizo saber sus penas.
¡Oh, dioses de estos antros en los que nos hundimos los mortales! No creáis que vengo a curiosear vuestros dominios ni siquiera para encadenar de nuevo al can Cerbero de tres cabezas serpentinas.
Mi esposa, muerta en plena juventud, es el único móvil de mis acciones. No me hicieron caso los dioses de la luz, vosotros concedan mi deseo de resucitar a mi esposa y prometo que cuando los años fatales de la vida normal transcurran....¡Ella y yo volveremos para siempre a este país de sombras y de infelicidad!
Podrás irte solo con una condición...
No debes volver la cabeza hasta que hayan salido del reino de los infiernos.