Los jesuitas, también conocidos como la Compañía de Jesús, fueron una orden religiosa fundada por San Ignacio de Loyola en 1540 como respuesta a la Reforma Protestante. Esta orden jugó un papel crucial en la Contrarreforma al expandir la influencia católica. Los jesuitas establecieron escuelas y colegios en toda Europa, enseñando una educación rigurosa y contrarrestando la propagación del protestantismo. Además, realizaron misiones en Asia, América y África, ayudando a difundir el catolicismo en todo el mundo.
La Inquisición fue una institución de la Iglesia Católica establecida para perseguir y suprimir la herejía. Durante la Contrarreforma, la Inquisición se intensificó para combatir las creencias y prácticas que se consideraban contrarias a la doctrina católica.
El Concilio de Trento (1545-1563) fue una reunión eclesiástica convocada por la Iglesia Católica para abordar las críticas planteadas por la Reforma Protestante y para reformar y revitalizar la Iglesia. Durante el concilio, se tomaron medidas para clarificar y afirmar las doctrinas católicas, se establecieron normas para la formación del clero y se abordaron prácticas corruptas dentro de la Iglesia. El Concilio de Trento ayudó a solidificar las creencias y prácticas católicas, marcando un período significativo en la Contrarreforma.