-No han venido todavia-Si, yo no digo que yo la viese; pero con media hora de visita y cuatro lágrimas estaba conluido
Comienzo del Acto I
-No señor. Como su tia la quiere tanto, según parece, y no la han visto desde que la llevaron a Guadalajara
Sí, hombre; algo más hay de lo que has visto.. Mira, Simon, por Dios te encargo que no lo digas... Tu eres hombre de bien y me has servido muchos años con fidelidad, Ya ves que hemos sacado a esa niña del convento y nos la llevamos a Madrid.
Yo no alcanzo la causa de tanto retiro. Pues ¿hay más en esto que haber acompañado usted a Doña Irene a Guadalajara para sacar del convento a la niña y volvernos con ellas a Madrid? Si, señor. Bien esta que jamas he gustado de chisme
Ya lo sé. Por eso quiero fiarme de ti. Yo la verdad, nunca habia visto a la tal Doña paquita. Pero, mediante la amistad con su madre, he tenido frecuentes noticas de ella, he leido muchas de las cartas que escribía; en suma, he tenido cuantos informes pudiere desear acerca de sus inclinaciones y su conducta
Si, por cierto.... Es muy linda y no me tiene que decir lo que ha pensado, porque ya lo adivino. Y me parece excelente idea la de organizar una boda con Doña Paquita
¡Ay! ¡Que escaleras!
Muy bien venidas, señoras
Ya estamos aca!
No, señora. Luego, más tarde, daré una vueltecita ahí... Heleído un rato. Trate de dormir, pero en esta posada no se duerme
Es verdad que no... ¡Y qué mosquitos! ¡Mala peste en ellos! Anoche no me dejaron parar