Amanecer en la comunidad rural.Vemos a dos amigos caminando por un sendero de tierra entre casas modestas
Dia: 2
Ana (joven campesina):— ¡Qué día más bonito, Pedro! Me encanta ver cómo el sol ilumina los campos. Pero, ¿sabes? A veces me pregunto cómo sería vivir en otro lugar, en la ciudad quizás, donde todo es tan diferente.!!
Pedro (amigo de Ana, también campesino):— Sí, Ana. He oído que allá hay más oportunidades, pero también mucha competencia. Aquí estamos rodeados de naturaleza, pero las cosas no son fáciles. La tierra no siempre da lo suficiente, y a veces no tenemos ni para lo básico.
Dia: 3
Escena 2: Encuentro con Don Manuel, el terrateniente local.Don Manuel, un hombre mayor y adinerado, pasa en su camioneta lujosa mientras Ana y Pedro lo saludan.
Dia: 4
Ana (susurrando):— Ahí va Don Manuel. Dicen que tiene más tierras de las que puede contar, pero ¿cuándo ha ayudado realmente a la comunidad?
Pedro (mirando pensativo):— No lo sé... Mientras él sigue acumulando tierras, nosotros apenas conseguimos suficiente para sembrar. A veces parece que la riqueza está tan cerca, pero al mismo tiempo, tan lejos de nuestras manos.
Dia: 5
Si, lamentablemente si, pero nos ayudamos unos a otros y creo que nuestro perfil socioconomico es de clase media, no estan tan mal las cosas y no tenemos tan restringido el acceso al transporte.
Dia: 6
María (con tono de preocupación):— Hijos, las cosas cada día están más difíciles. El precio de la comida sube, pero lo que nos pagan por nuestros productos sigue igual de bajo. Mientras tanto, las grandes empresas vienen y se llevan todo lo que pueden..
Ana (indignada):— Es cierto, Doña María. Nosotros trabajamos el doble y recibimos la mitad. ¿Cómo es posible que unos pocos tengan tanto y nosotros, que lo cultivamos, tan poco?