julieta es una niña muy curiosa, que se levantó temprano una mañana, con la firme intensión de atrapar para ella sola, todos los rayos del sol.
Una ardilla voladora, que andaba corriendo en busca de alimento ¿A dónde vas julieta?, y la niña respondió.
No seas mala bella julieta, le dijo la ardilla angustiada, deja algunos pocos para que me iluminen el camino, y yo pueda encontrar mi alimento
Está bien amiga ardilla no te preocupes ni apenes, que tendrás como todos los días, rayos del sol para ti
Voy a la orilla a pescar con mi malla de hilos, todos los rayos del sol, y así tenerlos para mi solita
Siguió caminando julieta, pensando en los rayos del sol, cuando un inmenso árbol le preguntó
Voy a la orilla a pescar con mi malla de hilos todos los rayos del sol, para tenerlos para mi solita, y poder compartir algunos con mi amiga, la ardilla voladora
el árbol muy triste le dijo:
Claro que sí amigo árbol, no estés triste que también guardaré unos rayos de sol para ti
También yo te pido amiga julieta, que compartas conmigo un poco de sol, por que con sus rayos es que podré seguir creciendo, y más pajaritos podrán vivir en mis ramas
¿Por qué vas tan contenta julieta?
julieta empezó a caminar más rápido, por que llegaba la hora en que el sol se levantaba y ella quería estar a tiempo para atrapar los primeros rayos que lanzara.Pasaba por un corral, cuando un gallo la saludó.
Voy a la orilla a pescar con mi malla de hilos, todos los rayos del sol, y así poder compartir algunos con mi amiga la ardilla voladora para que encuentre su alimento, y con mi amigo el árbol para que siga creciendo y le de hospedaje a muchos pajaritos
Claro que sí amigo gallo, también a ti te daré algunos rayos de sol
Yo también te pido algunos rayos de sol, le dijo el gallo, para que pueda saber en las mañanas a qué hora debo cantar, y los adultos lleguen temprano al trabajo y los niños no vayan tarde a la escuela.
Hola bella julieta ¿A dónde vas con tanta prisa?
julieta siguió caminando, pensando en lo importante que eran los rayos del sol para las ardillas y para los pájaros, para las plantas y para los hombres, para los gallos y para los niños. Entendió que si algo le sirve a todos, no es correcto que una persona lo quiera guardar para ella solita, por que eso es egoísmo.
Llegó a la alta montaña, dejó su malla de hilos junto a ella, se sentó a esperar el sol y le dio los buenos días. Ahí, sentadita y sin moverse, vio cómo lentamente como todo a su alrededor se llenaban de colores gracias a los rayos del sol.