se dirigían a la iglesia a celebrar el entierro de Kirill
un compañero de trabajo del difunto, un tal Poplavski, tomó un coche y se dirigió a toda prisa a casa de su amigo Grigorii
Vengo a buscarte, hermanito. Vístete en seguida y vámonos. Ha muerto uno de los nuestros Si el muerto fuera uno de los subalternos no te molestaríamos; pero éste era un secretario cierto modo un jefe. Es desagradable enterrar a un personaje de su categoría sin que se diga algún discurso…
¡Ah! ¡el secretario!. ¿Aquel borracho?
Sí, aquel borracho… Habrá comida. Además nos pagan el coche. ¡Vamos, allí, junto a la tumba, pronunciarás un discurso ciceroniano y ya verás lo que te lo agradecen!
Zapoikin accedió de buen grado.
Conocía a tu secretario. Que en paz descanse…, pero era un pillo y una bestia como hay pocos.
No está bien, Grischa, eso de ofender a los difuntos
“¡Déjenme ir con él!
En el cementerio se celebró un oficio religioso. La suegra, la mujer y la cuñada, como es costumbre, lloraron copiosamente y la mujer hasta gritó cuando bajaban el ataúd a la fosa.
se dirigían a la iglesia a celebrar el entierro de Kirill
un compañero de trabajo del difunto, un tal Poplavski, tomó un coche y se dirigió a toda prisa a casa de su amigo Grigorii
Vengo a buscarte, hermanito. Vístete en seguida y vámonos. Ha muerto uno de los nuestros Si el muerto fuera uno de los subalternos no te molestaríamos; pero éste era un secretario cierto modo un jefe. Es desagradable enterrar a un personaje de su categoría sin que se diga algún discurso…
¡Ah! ¡el secretario!. ¿Aquel borracho?
Sí, aquel borracho… Habrá comida. Además nos pagan el coche. ¡Vamos, allí, junto a la tumba, pronunciarás un discurso ciceroniano y ya verás lo que te lo agradecen!
Zapoikin accedió de buen grado.
Conocía a tu secretario. Que en paz descanse…, pero era un pillo y una bestia como hay pocos.
No está bien, Grischa, eso de ofender a los difuntos
“¡Déjenme ir con él!
En el cementerio se celebró un oficio religioso. La suegra, la mujer y la cuñada, como es costumbre, lloraron copiosamente y la mujer hasta gritó cuando bajaban el ataúd a la fosa.
se dirigían a la iglesia a celebrar el entierro de Kirill
un compañero de trabajo del difunto, un tal Poplavski, tomó un coche y se dirigió a toda prisa a casa de su amigo Grigorii
Vengo a buscarte, hermanito. Vístete en seguida y vámonos. Ha muerto uno de los nuestros Si el muerto fuera uno de los subalternos no te molestaríamos; pero éste era un secretario cierto modo un jefe. Es desagradable enterrar a un personaje de su categoría sin que se diga algún discurso…
¡Ah! ¡el secretario!. ¿Aquel borracho?
Sí, aquel borracho… Habrá comida. Además nos pagan el coche. ¡Vamos, allí, junto a la tumba, pronunciarás un discurso ciceroniano y ya verás lo que te lo agradecen!
Zapoikin accedió de buen grado.
Conocía a tu secretario. Que en paz descanse…, pero era un pillo y una bestia como hay pocos.
No está bien, Grischa, eso de ofender a los difuntos
“¡Déjenme ir con él!
En el cementerio se celebró un oficio religioso. La suegra, la mujer y la cuñada, como es costumbre, lloraron copiosamente y la mujer hasta gritó cuando bajaban el ataúd a la fosa.
se dirigían a la iglesia a celebrar el entierro de Kirill
un compañero de trabajo del difunto, un tal Poplavski, tomó un coche y se dirigió a toda prisa a casa de su amigo Grigorii
Vengo a buscarte, hermanito. Vístete en seguida y vámonos. Ha muerto uno de los nuestros Si el muerto fuera uno de los subalternos no te molestaríamos; pero éste era un secretario cierto modo un jefe. Es desagradable enterrar a un personaje de su categoría sin que se diga algún discurso…
¡Ah! ¡el secretario!. ¿Aquel borracho?
Sí, aquel borracho… Habrá comida. Además nos pagan el coche. ¡Vamos, allí, junto a la tumba, pronunciarás un discurso ciceroniano y ya verás lo que te lo agradecen!
Zapoikin accedió de buen grado.
Conocía a tu secretario. Que en paz descanse…, pero era un pillo y una bestia como hay pocos.
No está bien, Grischa, eso de ofender a los difuntos
“¡Déjenme ir con él!
En el cementerio se celebró un oficio religioso. La suegra, la mujer y la cuñada, como es costumbre, lloraron copiosamente y la mujer hasta gritó cuando bajaban el ataúd a la fosa.
se dirigían a la iglesia a celebrar el entierro de Kirill
un compañero de trabajo del difunto, un tal Poplavski, tomó un coche y se dirigió a toda prisa a casa de su amigo Grigorii
Vengo a buscarte, hermanito. Vístete en seguida y vámonos. Ha muerto uno de los nuestros Si el muerto fuera uno de los subalternos no te molestaríamos; pero éste era un secretario cierto modo un jefe. Es desagradable enterrar a un personaje de su categoría sin que se diga algún discurso…
¡Ah! ¡el secretario!. ¿Aquel borracho?
Sí, aquel borracho… Habrá comida. Además nos pagan el coche. ¡Vamos, allí, junto a la tumba, pronunciarás un discurso ciceroniano y ya verás lo que te lo agradecen!
Zapoikin accedió de buen grado.
Conocía a tu secretario. Que en paz descanse…, pero era un pillo y una bestia como hay pocos.
No está bien, Grischa, eso de ofender a los difuntos
“¡Déjenme ir con él!
En el cementerio se celebró un oficio religioso. La suegra, la mujer y la cuñada, como es costumbre, lloraron copiosamente y la mujer hasta gritó cuando bajaban el ataúd a la fosa.
se dirigían a la iglesia a celebrar el entierro de Kirill
un compañero de trabajo del difunto, un tal Poplavski, tomó un coche y se dirigió a toda prisa a casa de su amigo Grigorii
Vengo a buscarte, hermanito. Vístete en seguida y vámonos. Ha muerto uno de los nuestros Si el muerto fuera uno de los subalternos no te molestaríamos; pero éste era un secretario cierto modo un jefe. Es desagradable enterrar a un personaje de su categoría sin que se diga algún discurso…
¡Ah! ¡el secretario!. ¿Aquel borracho?
Sí, aquel borracho… Habrá comida. Además nos pagan el coche. ¡Vamos, allí, junto a la tumba, pronunciarás un discurso ciceroniano y ya verás lo que te lo agradecen!
Zapoikin accedió de buen grado.
Conocía a tu secretario. Que en paz descanse…, pero era un pillo y una bestia como hay pocos.
No está bien, Grischa, eso de ofender a los difuntos
“¡Déjenme ir con él!
En el cementerio se celebró un oficio religioso. La suegra, la mujer y la cuñada, como es costumbre, lloraron copiosamente y la mujer hasta gritó cuando bajaban el ataúd a la fosa.
se dirigían a la iglesia a celebrar el entierro de Kirill
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Vengo a buscarte, hermanito. Vístete en seguida y vámonos. Ha muerto uno de los nuestros Si el muerto fuera uno de los subalternos no te molestaríamos; pero éste era un secretario cierto modo un jefe. Es desagradable enterrar a un personaje de su categoría sin que se diga algún discurso…
¡Ah! ¡el secretario!. ¿Aquel borracho?
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Zapoikin accedió de buen grado.
Conocía a tu secretario. Que en paz descanse…, pero era un pillo y una bestia como hay pocos.
No está bien, Grischa, eso de ofender a los difuntos
“¡Déjenme ir con él!
En el cementerio se celebró un oficio religioso. La suegra, la mujer y la cuñada, como es costumbre, lloraron copiosamente y la mujer hasta gritó cuando bajaban el ataúd a la fosa.