¿Qué tierra es ésta? ¿Qué raza?? ¿Qué falta expiras tú en esta agonía? Dime a qué parte de la tierra he llegado, mísera, en mi extravío.
¿En qué falta, hijo de Cronos, en qué falta mehas sorprendido para haberme uncido en estos tormentos
,Señor. Ni puedo saber cómo escapar a los padecimientos. ¿Oyes la voz de la cornígera doncella?
¿Cómo no oír a la muchacha hostigada por el tábano, a la hija de Inaco, que abrasa de amor el corazón de Zeus y ahora, odiada de Hera, se ejercita por fuerza en esas infinitas carreras?
Pero dime con claridad lo que voy a padecer. ¿Qué expediente, qué remedio hay de mi mal? Enseñamelo, si lo sabes. Habla, da a conocer esto a la pobre virgen errante.
Te diré claramente todo lo que quieras saber, no entre tejiendo enigmas, sino en lenguaje simple, como es justo abrir la boca a amigos
Oh tú que te mostraste tan beneficioso a la comunidad de los mortales, paciente Prometeo, ¿por qué razón sufres esto?
Entonces, ¿no vas a otorgarme ese favor?
Di qué pides: de mí puedes saberlo todo
Acabo justamente de quejarme por mis trabajos.
Muéstrame, el fin de mi viaje y cuál será este día para mí, la desdichada.