Érase una vez, en un lugar muy cerca de aquí, vivían dos niños: Raúl y Sofi.
Raúl, era el hermano mayor y como buen hermano mayor, ayudaba a Sofi a comprender lo que pasaba.
Un Domingo, mientras desayunaban, se escuchó un grito...
Raúl, que estaba lavándose las manos, para desayunar, corrió a ver a su hermanita, mientras le preguntaba:
¿Qué pasó, por qué gritas?
¡MI DIENTE SE MUEVE! ¿Por qué mi diente se está moviendo?
A ver, Sofi, tranquila. Abre la boca, te voy a revisar
¡¡¡AHHHHHHHHHHHH!!! ¡Esta gelatina está mal, lastimó mi diente!
Ufff, Sofi, que mal te huele la boca...
---tienes las encías inflamadas, de seguro no te has de cepillar los dientes...
...aparte tienes encías.
Eso no es cierto, Sofi. ¿Recuerdas cuando me llevaron al doctor de los dientes? A mí mo me dolió nada, al contrario.lavó mis dientes y quedaron muy blancos y brillantes.
Ay, es que no me he lavado los dientes, no sé dónde dejé mi cepollo y he comido muchos dulces.
Eso está muy mal, Sofi, debemos decirle a mamá que te lleve con el doctor de los dientes
Pero tengo mucho miedo. nunca he ido al doctor de los dientes. ¡Y mamá me va a regañar!
¡No, Raúl, no quiero ir! Ellos tienen cosas que te meten a la boca, que pican y duelen mucho.
Sofi, tranquila, lo solucionaremos llevándote al dentista.
¿Qué está pasando, Sofi, por qué lloras?
Mamá, a Sofi le huele muy feo la boca y está llorando porque su diente se le movió
Sí, Sofi, tranquila, yo estaré contigo y nada malo te va pasará, te darás cuenta que es muy divertido visitar al dentista.