En un barrio humilde de una ciudad vivía doña Mary, una mujer de 60 años preocupada por su comunidad. El barrio enfrentaba problemas como calles sucias, vecinos distantes y un parque descuidado que, antes lleno de vida, ahora transmitía inseguridad por los jovenes que se reunían por las noches.
Yo solía venir aquí a este parque, recuerdo como todos se reunían los fines de semana, era muy hermoso este luegar, debo hacer algo para recuperarlo.
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Una mañana, se dirigió al parque con una escoba, una bolsa de basura y guantes, y comenzó a limpiar por su cuenta y a poner plantitas para decorar el parque. Mientras barría las hojas y recogía la basura, algunos vecinos la observaban desde sus ventanas. Al principio, nadie le prestó mucha atención, pero María no se desanimó. Día tras día, seguía yendo al parque.