Unknown Story
Montāžas Teksta
- Calisto y Melibea se encuentran en la plaza del pueblo y a Calisto le encantó el rostro de Melibea, aunque a ella no sentía lo mismo hacia el.
- Hola guapa. Veo que Dios ha tenido un muy buen gusto a la hora de crearte.
- ¡Qué pesado, vete de aquí torpe!
- Calisto se va a su dormitorio y habla con su sirviente Sempronio de lo sucedido hoy con Melibea
- Es que no te puedes imaginar de lo hermosa que estaba hoy
- Si consigues que esa vieja pueda hacer que Melibea este conmigo, te regalaré la coraza que tanto te gusta.
- Si tanto te gusta, voy a hacer que se cumplan tus deseos. Conozco una hechicera que se llama Celestina y que te puede ayudar
- Sempronio va a la casa de Celestina para hablar del amor que hay entre Calisto y Melibea y hace un pacto con ella para aprovecharse de ello
- Celestina, mi amo Calisto está totalmente enamorado de Melibea y nos necesita a ti y a mí, así que podemos sacar provecho los dos de todo esto
- ¿Con qué con estas estamos no? Intentándote aprovechar de cosas que no te corresponden... Bueno, lo haré por un buen precio.
- Celestina va a la casa de Calisto para negociar el precio del hechizo de amor
- Te ofrezco estas monedas junto a mi vida y con esto me prometes que Melibea va a venir hacia mí como loca
- Claro que Calisto, solo bastan unas monedas de oro para que tengas al amor de tu vida. Gracias
- Celestina va al palacio de Melibea y se inventa una excusa para conseguir una reliquia de ella muy importante para hacer el conjuro.
- A un hombre he dejado enfermo de muerte y un objeto tuyo podría curarlo
- El enfermo se llama Calisto y para obra de caridad podría darme ese cordón que ciñe tu cintura para salvarlo.
- Bueno no me llevo muy bien con ese hombre, pero como soy buena persona te lo daré
- No entiendo a que se refieres. Y déjate de rodeos y dime quien es el enfermo
- Calisto y Celestina se van a una taberna y Celestina le cuenta a Calisto lo que hablo con Melibea
- ¿Qué tal ha ido? ¿Qué le pediste para el conjuro?
- ¡Oh dios mío! Pídeme lo que quieras. Pero déjame ver el cordón.
- Bueno, aparte de que me llamase de todo le pedí el cordón de su cintura.
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