Que mujer tan hermosa. Ahora veo la grandeza de Dios.
¡Vete de aquí, lascivo! No puedo tolerar que tu loco atrevimiento y tus ingeniosas palabras echen a perder mi virtud.
Calisto le habla a Sempronio sobre Melibea y le pide ayuda.
Sempronio, Melibea es perfecta, es la mejor creación de Dios, dime Sempronio. ¿Qué puedo hacer para obtener el amor de Melibea?
Señor, conozco a una alcahueta llamada Celestina que podría ayudarle a obtener el amor de Melibea, se la presentaré.
Pármeno le advierte de Celestina y le aconseja sobre lo que podría hacer por Melibea.
La Celestina no es una buena persona, es una traidora y mentirosa. Lo que podría hacer es darle regalos a Melibea.
Quiero tener el amor de Melibea como sea.
Calisto le da un regalo a Celestina para mostrar su gratitud ante su trabajo.
Recibe este regalo de quien con él pone en tus manos su vida, Celestina.
Del mismo modo que en una joya de oro fino se valora, más el trabajo sutil del joyero que la materia en sí, la gracia y la forma de tu dulce generosidad valen también más que el magnífico regalo que me haces.
Celestina una vez en casa, se dispone a elaborar una poción que ara que Melibea se enamore de Calisto
Te conjuro, triste Plutón, señor de los profundos infiernos, yo, Celestina, tu protegida te conjuro a que vengas sin tardanza, y me obedezcas, y te envuelvas en este hilado, hasta que Melibea lo compre y de tal manera que enredada, que cuanto más lo mire, más se ablande su corazón, y se lo abras y lo hieras del cruel y fuerte amor de Calisto.