Era una dura mañana de trabajo para los agotados hebreos, mientras que Moisés pasó a supervisar las obras, cuando se encontró con este común y grave maltrato hacia su hermano hebreo.
¡Trabaja hebreo, TRABAJA! No pares, no me importa si estás cansado...TRABAJA.
Slidkalniņš: 2
¡Qué haces egipcio inútil! No lo maltrates, él es un humano como tú no se merece tantos golpes.
Discúlpeme, pero este es mi trabajo.
Slidkalniņš: 3
Luego de ese golpe tan grave que recibió el egipcio, su cadáver cayó al suelo, sin vida. Al ver esto Moisés alterado fue y lo enterró en la arena.
Vas a ver, como es que se siente uno de esos golpes a ver si puedes soportar, tan bien como lo hacen ellos.
Slidkalniņš: 4
Al día siguiente Moisés estaba supervisando de nuevo las obras, cuando vio a dos hebreos peleándose
Chicos no deberían de estar pelando, no existe necesidad, porque no se dan las pases y continúan trabajando.
Slidkalniņš: 5
Asustado por lo que le había dicho el esclavo hebreo huyó de Egipto, debido a un posible castigo del faraón por matar al guardia.
Hice lo correcto en huir, un próximo castigo del faraón no estaría del todo bien.
Slidkalniņš: 6
Bastante tiempo después, Moisés se encontró con Jetró, un sacerdote, el cual le brindo hospedaje hasta que Moisés pudiera emprender su viaje de nuevo. Un día Moisés salió a pastar su ovejas cuando se encontró con...
Moisés, soy Dios, he visto cuanto esta sufriendo mi pueblo. Es por ello que he decidido que vayas a Egipto y los liberes, no te preocupes porque le diremos al faraón y cuando mi pueblo sea libre vendrán a este monte a adorarme.
Señor, haré lo que tú digas.
Slidkalniņš: 0
¡Mi señor, el guardia a caído muerto!
¡No tienes por qué meterte en esto! ¿Qué acaso me vas a matar como lo hiciste con el guardia?