Los Leones se unen a la causa de Francisco Villa, para luchar en la Revolución, defendiendo así sus derechos.
Arreglados, pues, que son los leones. A ver si como rugen, muerden. ¿Cómo se llaman?
Tiburcio Maya, a la orden.
Martín Espinosa
Miguel Ángel del Toro
Máximo Perea
Rodrigo Perea
Melitón Botello
Uno de los Leones "Becerrillo", fue herido gravemente por un disparo de cañon de los dragones del general Reyna.
No te preocupes, vengaremos tu muerte Becerrillo.
Matenme, de una vez, no quiero seguiir sufriendo.
En la noche, se oían a lo lejos rumores de batalla, porque a la orilla del río, los rebeldes estaban asaltando Ciudad Lerdo, Villa se adelantó rápidamente, sin disparar, sin ruido de cornetas, para iniciar el fuego lo más cerca posible de las trincheras federales.
Ahí les va, ¡Fuego!
¡Por Becerrillo!
¡Ahí les va por Rodrigo Perea!
¡Mueran los changos!
¡Tengan, por los Leones de San Pablo!
Francisco Villa necesitaba a Tiburcio, para vengar  a  todos sus hermanos  que  habían  caído  en la pelea contra Carranza, ya que las tropas estadounidenses lo ayudaban para acabar con los villistas.
Tiburcio, ¿Tienes carabina? Agárrala y vamonos.
De veras, general, ¿quiere que me vaya con usted? Pero y mi mujer, mi hija.
Tienes razón, Tiburcio Maya ¿Cómo podías abandonarlas? Pero me haces falta, necesito todos los hombres  que  puedan  juntarse,  y  habrás  de  seguirme  hoy mismo.  Y  para  que  sepas  que  ellas  no  van  a  pasar hambres, ni van a sufrir por tu ausencia, ¡Mira!
Y de esta forma, Tiburcio fue a la lucha en contra de los Carrancistas, siéndole fiel a su general, Francisco Villa.
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