José María al ver a Manuelito, emocionado y con tanto interés siguió describiendo la construcción del último puente inca.
Y... ¿Qué más? ¡Qué más!
Los cabos son amarrados a las bases de piedra en cada extremo del desfiladero. La tarea continúa con la colocación de una extensa alfombra, hecha de ramas, para cubrir totalmente el suelo de la plataforma. Dos expertos en tejer puentes de colla dirigen toda la tarea. Una vez concluido el puente, los líderes pronuncian un discurso e inician las plegarias de agradecimiento.
Como gran amante de nuestra cultura José María finaliza de narrar embargado de emoción a Manuelito la construcción de Q'eswachaka.
Misión cumplida; una vez terminado el nuevo puente gracias al esfuerzo de todos; ahora la comunidades puede cruzar seguras. Comienza un nuevo ciclo, la vida se renueva y el trabajo se transforma en fiesta dándoles tiempo para la unión, la alegría y la abundancia las cinco comunidades de Quewue celebran un año más la renovación de la vida. Hay motivo para la felicidad.
José María Arguedas encantado por tener un buen interlocutor no quiso dejar pasar el momento para reflexionar y enseñar a Manuelito.
Manuelito, una nueva generación viene pisando fuerte para que sus costumbres no caigan en el olvido, sangre joven, como la tuya, que deberá enfrentar los tiempos modernos con inteligencia y nuevas ideas pero sin perder nunca las enseñanzas del pasado.
¡ Si Taita!
Nuestro taita Arguedas con el corazón contento y lleno de orgullo sigue ilustrando a Manuelito con palabras llenas de sabiduría.
Manuelito, el nuevo queswachaka luce radiante y orgulloso para recordarnos que cada queswa de hierba representa al habitante de la puna, frágil individualmente, pero solido e invencible cuando une sus fuerzas un puente para tejer su historia una obra maestra levantada con el esfuerzo de hombres y mujeres que resisten generación tras generación.
José María Arguedas demostrando que fue, es y será por siempre el gran AMAUTA del Perú se despide de Manuelito.
Gracias por todas sus enseñanzas MAESTRO. ¡Que Dios lo bendiga donde este!
Pero también tejido con sus sonrisas con su amor y sus ilusiones es su eterno destino trenzar y trenzar sueños con hilos de yerba para trenzar cordones dorados fuertes como el acero y para recordarnos cada año que bregando juntos no hay y no habrá nada imposible. ¡Adiós Manuelito!
Jose Maria Arguedas nos deja este mensaje a sus lectores y compatriotas
Se han cumplido 200 años de nuestra independencia, y con nostalgia veo que todavía no hemos aprendido que el PERÚ es de todos los peruanos, de todas las sangres, de todas las razas, debemos convivir en armonía desterrando para siempre todo tipo de discriminación y egoísmo de nuestras vidas y nuestros corazones, pues sólo así saldremos adelante como nación y como país. ¡Viva el PERÚ!
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