Llevo por lo menos dos horas aquí sentada cuidando que no se lo almuercen las moscas ni los zopilotes, señor.-
O me dice usted por lomenos como se llama, o yo no me hago mas cargo de usted
grrrrr...grrrrr.
me puede usted llamarMomboñombo Moñagallo
Momboñombo Moñagallo vio enla entrada del tugurio a un hombre vestido de sotana púrpura, con la Bibliabajo el brazo y unos frasquitos de vidrio en la mano. Única lo tranquilizo; despidió al Oso Carmucoy le explico a su huésped de quien se trataba. El Oso Carmuco era un buzo más de los de abordo, pero un día se encontróentre los desperdicios una sotana púrpura en más o menos buen estado.
laironía de que hasta Dios botara en aquél sitio lo que ya no le servirá.
miro al joven y le calculoalrededor de veinte años. Era alto,flaco, de tez blanca ennegrecida por el sol y los vapores del basurero,
Este es el Bacán, michiquito-le dijo Única. Momboñombo miroal joven
erahijo de Única, ella lo había recogido, o más bien, se lo había encontrado ahíen el basurero hacia dieciocho años.
,Momboñombo Moñagallo vioque el niño se había convertido inmediatamente en el sentido de la vida deÚnica Oconotrillo,
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