Caprichoso corazón
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- Javier, al volver de sus vacaciones al colegio, se dio cuenta que todos sus compañeros empezaban a tener intereses amorosos y él no fue la excepción, sin embargo él pensaba que la chica que le gustaba nunca se fijaría en él porque había chicos más guapos.
- Corazón, ¿Por qué eres tan testarudo y sigues queriendo a Claudia?, ella nunca nos hará caso, que no te das cuenta de que ella es la más linda y va a querer estar con chicos guapos como Samuel, Patricio o Ernesto
- No, yo quiero solo a Claudia.
- Al término de las primeras clases todos salieron al recreo, Javier fue a ver a Samuel, Patricio y Ernesto, quienes se encontraban hablando en la cancha de baloncesto.
- Claudia va a ser mi novia
- Con Claudia ni se ilusionen
- ¡Con Claudia nadie se meta, que es para mi.!
- Javier, al escuchar todo lo que estaban diciendo los chicos decidió buscar a otra chica que si pueda ser su novia.
- A Claudia ni la mires, porque nunca nos hará caso, ya te lo había dicho antes. Mejor enamórate de Griselda, que tiene las piernas tan delgadas que parecen dos hilitos colgando de su falda, a lo mejor acepta ser mi novia.
- Yo solo quiero a Claudia, no me pidas que la deje de querer, porque es imposible.
- Javier siguió insistiendo a su corazón de que se enamorara de otra chica.
- Mira, ya sé, mejor vuélvete loco de amor por Alicia, que como es gorda nadie le hace mucho caso, a no ser para reírse de ella en clase de educación física.
- Como si fuera tan fácil
- Javier se pasó todo el día tratando de convencer a su corazón de que se enamore de otra persona pero él nunca le hizo caso.
- Un día Javier decidió hablar seriamente con su corazón…
- ¡Es una batalla perdida!
- Aunque Javier le siguió hablando a su corazón de todas la razones por las cuales no debería de querer a Claudia, su corazón no quería cambiar de opinión.
- Ven acá, ¿ cómo se te ocurre interesarte en la chica más solicitada de todo el colegio? ¿ No te das cuenta de que Claudia nunca se fijará en mí?
- Una mañana, después de que terminara la clase de física y todos sus compañeros salieran del aula, sucedió algo inesperado.
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- Sé que es un disparate, que dirán que me volví loca, que necesito lentes y que no hay quien me entienda, pero así y todo… te quiero Javier.
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