La aventura nos guía a cosas inesperadas, Sancho. Con esos desaforados gigantes entraré en batalla.
¿Qué gigantes?
Aquellos que ves de largos brazos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas.
Mire vuestra merced, que no son gigantes, sino, molinos de vientos, y los que parecen brazos son las aspas que mueven la piedra del molino.
No sabes nada de aventura, ¡son gigantes! ¿tienes miedo? quitate de allí. Voy a entrar contra ellos en fiera y desigual batalla.
No huyáis, cobardes y viles criaturas, que un solo caballero es el que os acomete.
Calla, amigo Sancho,que las cosas de la guerra más que otras están sujetas a continua mudanza,porque el sabio Frestón,a transformado esos gigantes en molinos para quitarme la victoria de vencerlos : tal es la enemistad que me tiene.
¡Válame Dios!mi señor Don Quijote, ¿no le dije yo a vuestra merced que eran molinos de viento y no gigantes?
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