Escuchen, necesito que ustedes protejan la chacra para que nadie robe mi arroz, a cambio podrán quedarse en una choza. ¿Puedo contar con ustedes?
Si, señor.
Cuentan que un señor tenía una hacienda llamada Semán.
Este señor tenía sus chacras en las cuales estaban trillando, y por temor a que le robaran el arroz, mando a diez guardianes, y ellos entraron en una choza.
Hijo mío, ¿Ves lo que yo veo?
¿Que es lo que usted ve y yo no veo?
Mira por encima de los montes y cuenta las linternas.
Ciertamente, es verdad. Aquella linterna, cuya llama es de rojo intenso, no es una linterna como las nuestras, ella esta encantada y si quieres convencerte vamos a seguirla y verás a dónde nos lleva.
Ellos se sentaron, todos tomaron café, luego, nueve de ellos se fueron a resguardar los campos de arroz.
Ellos se dispersaron de tres en tres.
El décimo guardián se quedó en la choza, y luego de un rato, se le presentó el capataz y conversaron.
Pero, ¿Estoy soñando o es verdad lo que veo?
Y ambos, armados con sus machetes y palas, se encaminaron hacia la búsqueda. Pero sucede que algo extraño , conforme se iban aproximando, la linterna se retiraba más y más y al final se dieron cuenta de que se habían alejado de la choza más de la cuenta, al ver que era grande la distancia, se detuvieron. Vieron que la linterna, poco a poco, se iba transformando en un toro.
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