Estos indios altipampas no tienen concepto de la ironía, ni del sarcasmo, no entienden el calambur, mucho menos la figuración o contrafiguración del idioma castellano tan rico en expresiones y giros. Al pan le llaman pan sencillamente. Son demasiado simples, inocentes del todo.
A ver, dime tu nombre ahora
Faustino...
Tu nombre.... ¿Cómo te llamas? ¿Ima suticki?
¿Mi apellido, tata?
¿Cuál es tu apellido?
¡Miren esto pues! ¿Mi apellido, tata? No ha de ser el mío, indio bruto
Cicerón Ledesma.
Mi apellido es Ledesma y mi nombre es Cicerón.¿Entiendes? Quiero saber ahora tu apellido. El tuyo. ¿Cómo te llamas?
¿Me estás tomando el pelo?Te voy a hacer cantar la verdad, indio socarrón
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