esta bien pero con una condición : si llevo aquí un pato se lo regalo y usted me vende los boletos , pero si adentro no hay un pato me regalara los boletos y podre viajar con el animalito
esta prohibido entrar al tren con animales, abra esa canastilla porfavor
La poca gente que había en la estación estaba al pendiente de la apuesta que habían hecho la señora y el vendedor de boletos. Los nueve hijos estaban nerviosos porque sabían que era Dedé la que graznaba desde la canastilla y que su mamá podía perderla.
¿sigue el trato en pie?
muestre lo que lleva adentro que el tren esta por salir
claro
Dedé se asomó:
Ante los ojos de sus hijos, de varios curiosos y del vendedor, la señora levantó la tapa de la canastilla.
un momento!
pato al horno! pato al horno!
levanto un poco más la tapa y buscó algo en el interior de la canastilla. Al fin saco un huevo.
no es un pato si no una pata
pato al horno! pato al horno!
¡es una pata!
gano la señora!
Todos los curiosos sonrieron al ver la escena:
¡que le de gratis boletos del tren!
El vendedor apretó los dientes y cerró los puños del coraje que tenía. Tomó diez boletos y se los entregó a la señora.
ella y sus nueve hijos se subieron al tren y continuaron su camino
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