Estrepsiades era un feliz trabajador del campo al que las cosas iban bien. Tenía suficiente dinero para vivir bien y mantener algún que otro criado hasta que se ha endeudado por mantener la afición de su hijo Fidípides por los caballos.
Sócrates le dice a Estrepsíades que Zeus no existe
Estrepsíades busca una solución a esta situación, entonces decide enviar a su hijo al Pensatorio de Sócrates para que así este pueda tener argumentos y le ayude a no pagar sus deudas. Fidípides se niega
Sócrates le enseña a Fidípides el argumento justo y argumento injusto
Por lo que Estrepsíades decide asistir el mismo al Pensatorio de Sócrates
Estrepsíades se libera de sus deudores
Después de llegar, Estrepsíades conoce a Sócrates quien cuelga de un cesto. Este le dice que Zeus no existe y quienes provocan las lluvias son las Nubes. El padre no logra aprobar su examen inicial, pues es torpe y viejo. Entonces convence a su hijo para que este asista al Pensatorio
Fidípides tiene que decidir entre el Argumento Justo y el Argumento Injusto. El Argumento Justo le dice que él le enseñara de la manera antigua. Le enseñara a ser fuerte respetuoso y también le enseñara a sufrir sin quejarse. Por el otro lado el Argumento Injusto dice que no tiene por que sufrir y aguantar. Éste le enseñara a no avergonzarse de nada, a vivir la vida y a engañar a cualquiera con la palabra. Fidípides se decide por el Argumento Injusto.
El joven es un destacado discípulo y ha aprendido sofismas y se convierte en un buen argumentador y litigante, Mientras Fidípides no está en casa vienen dos acreedores a cobrarle a Estrepsiades pero éste les da una lección de labia y les dice que ya se verán en el ágora o tribunal. Está contento por su pequeña victoria hasta que vuelve Fidípides.