Mi historia comienza en Mar del Plata de 1946. Todos los días debía ir a un campo cerca de Santa Clara, con ropas livianas y media rotas, nos juntábamos con Marcos y Luciano y empezábamos a arar la tierra, cortar los cultivos con la hoz, pastorear las vacas y luego ordeñarlas. Era un trabajo muy cansador, el pago es bajo, pero bastante para un inmigrante.
Trabajamos bajo los fuertes rayos del sol hasta la tarde, donde nos juntabamos a jugar poker en un lugar que llamamos: ”Instituto de habla alemana”,Ahí nos juntábamos con suizos, alemanes, españoles amantes del idioma y con el viejo dueño del terreno el cual siempre apostaba grandes cantidades de dinero.
Pocas veces apostaba dinero, ya que mucho no tenía.Todo los días luego de socializar un rato, me iba a mi casa con mi esposa e hija, y nos saludabamos siempre con un “Tschüss”.
Tchuss!
Mi casa queda cerca del centro de la ciudad, un lugar muy comercial donde podemos encontrar comerciantes callejeros y extranjeros que vienen de la estación de trenes.
Cambio!!!
Los sábados, nuestro día de descanso, con los muchachos, no íbamos al bar y charlabamos sobre distintos temas.