David era un niño muy bueno y cariñoso. Pero, a veces, era un poco desobediente.Un día, decidió que ya no quería volver a lavarse los dientes.
Si no te los lavas, se te caerán
Si se me caen el Ratoncito Pérez, me traerá regalos
Sus amigos del colegio no querían acercarse a él porque le olía mal el aliento.
Entonces, se le cayó un diente. David, muy emocionado, lo dejó debajo de su almohada.
Pero a la mañana siguientes cuando se levanto...
Pérez le había dejado una nota que decía: “David, este diente está demasiado sucio para mi colección. Lo siento, pero no lo quiero”Desde ahí David se lava los dientes