Que así sea Cristóbal, puedes retirarte y comenzar a planificar el próximo viaje. No nos falles.
Sus majestades, todo marcha según lo previsto... Pero me temo que necesitaremos más hombres para conquistar las tierras descubiertas, por favor.
Y el 11 de junio de 1496 llegué a Cádiz.
Y así comencé a planificar mi tercer viaje, el cual comenzó el 30 de mayo de 1498.
Para los que sois nuevos os explicaré nuestro objetivo. Debemos conquistar las tierras descubiertas y conseguir oro y especias.
¡Todo claro señor Colón!
Cuando llegué vi que las cosas estaban mucho peor de lo que yo creía, ya que los españoles que habíamos dejado en La Española se habían rebelado contra mi autoridad y estaban descontentos.
¡Todo se solucionará, os lo prometo!
¡Nos has engañado, no hay riquezas para todos como tú dijiste y llevamos buscando muchísimo tiempo!
¡Si no enviáis a alguien de inmediato todos los esfuerzos por conquistar aquellas tierras no habrán servido para nada, sus majestades!
¡Enviaremos a Francisco de Bobadilla a poner orden!
Algunos de los españoles descontentos habían regresado a España y habían informado a los reyes de las revueltas que estaban teniendo lugar en las tierras descubiertas y de mi mal gobierno.
Cuando Francisco de Bobadilla llegó me arrebató toda mi autoridad sobre las tierras que había descubierto.
Cristóbal Colón, en nombre de los Reyes Católicos de España te arrebato el poder que tenías sobre estas tierras y quedas preso hasta nuevo aviso.
¡Quiero una audiencia con los reyes en cuanto sea posible!
Y el viaje de vuelta a España en el año 1500 lo hice preso, al contrario que en las otras ocasiones…