En marzo de 1889, Ramón Zubieta y Les fue ordenado sacerdote. En ese momento tenía 25 años.
Pero ten cuidado Hermano Zubieta, recuerda que en las labores misioneras siempre hay riesgos.
Ahora iniciarás tu trabajo misionero como sacerdote, acá en Filipinas evangelizando a los tagalos e igorrotes.
Tomó contacto con los peligrosos grupos de tagalos e igorrotes y en su labor misionera, fue tomado prisionero y sufrió 18 meses de encierro.
En 1901, fue elegido para ir al Vicariato Misionero en el sur-oriente peruano, asignado a la Orden Dominicana por la Sagrada Congregación para la Propagación de la Fe.
Seguiré mi vocación y compartiré la palabra del Señor con mis hermanos peruanos.
El 21 de febrero de 1902, Ramón llegó a Lima acompañado de dos frailes, dirigiéndose al territorio situado entre la cuenca de los ríos Urubamba y Madre de Dios. Teniendo encargada la evangelización de 20 000 pobladores de la selva peruana. Quienes evitaban el contacto con extraños, por lo que su tarea se volvía más difícil.
Su llegada sorprendió a muchos, pues la comunicación en ese entonces era bastante lenta; sin embargo, con la ayuda de los misioneros dominicos lograron establecer puestos misioneros en la selva peruana.
En 1912, Mons. Ramón gestionó la adquisición del Santuario de Santa Rosa de Lima para atender y fomentar el culto a esta santa peruana y en sus inmediaciones se construyó un convento de acogida a los misioneros que llegaban de España.
En el convento podremos recibir a los misioneros que lleguen de España, donde podrán descansar para luego ir a la selva peruana a evangelizar.