En el siglo XVII, las monarquías europeas ostentaban un poder absoluto, conocido como absolutismo. Los reyes, como Luis XIV de Francia, concentraban todo el poder en sus manos y afirmaban: "El Estado soy yo".
¡Necesitamos un cambio! ¡Un sistema que nos permita prosperar y tener control sobre nuestras vidas!
¡Estamos hartos de trabajar para enriquecer a estos nobles! ¡No tenemos derechos ni libertades!
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En medio del descontento popular, surgió la Ilustración, una corriente intelectual que enfatizaba la razón, la libertad y la igualdad. Pensadores como John Locke defendían el "derecho natural" a la propiedad privada y la libertad individual.
La razón debe ser la guía de nuestras acciones. ¡Debemos desafiar las ideas dogmáticas y construir una sociedad basada en la libertad!
¡El conocimiento es poder! La ciencia nos permite comprender el mundo y mejorar nuestras vidas.
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Las ideas de la Ilustración inspiraron las revoluciones liberales del siglo XVIII y XIX. En América, las colonias se independizaron de España, mientras que en Europa, la Revolución Francesa derrocó a la monarquía absolutista.
¡Viva la libertad! ¡Abajo la tiranía! ¡Luchamos por un gobierno que represente al pueblo!
¡Hemos construido una nueva nación basada en los principios de libertad, igualdad y fraternidad!
El liberalismo se consolidó como una fuerza poderosa que transformó el mundo, sentando las bases para las democracias modernas y las economías de mercado.