hace siglos atras vivió una princesa llamada Carú, hija del cacique de la tribu de los bailadores, la cual estaba profundamente enamorada de su prometido, el hijo del cacique de los mocotíes
 El día de la ceremonia, se escuchó el cuerno del vigía. Anunciaba la llegada de enemigos, una legión de hombres blancos vestidos de metal que venían a toda prisa. 
 Luego de que los españoles se retiraran estos recuperaron los cuerpos de sus caídos en batalla. El combate con los españoles le arrebató a su amado justo el día de su boda.
Dolida se abrazó a su cuerpo, Lo tomó en brazos y siguió el camino de subida a la montaña, en cuya cima se decía habitaba el dios de la montaña, esperando que este se apiadara de ellos y le devolviera el aliento
 Lo cargó hasta la cumbre que habitaba la deidad pero al tercer día de viaje, la joven no pudo más y perdió las fuerzas: abrazada a su amado lloró, se durmió y finalmente murió.
Conmovido por la trágica historia de estos dos jóvenes, el dios de la montaña decidió inmortalizar su amor creando una cascada con las lágrimas de la princesa indígena.